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Historia Agrícola

Cultivo Comercial

Autor: David Adán Vázquez Valenzuela

En esencia, un cultivo comercial es un bien agrícola destinado para ser vendido y no para el autoconsumo. Por tanto, su producción y venta se encuentra orientada a un mercado que puede poseer alcance local, regional o global. Así pues, su obtención y posterior comercialización resulta afectada por cualquier elemento que tenga repercusiones en los espacios económicos de mediano y largo alcance a los que se encuentra vinculado. Debe apuntarse, además, que la literatura académica relaciona a los cultivos comerciales con siembras y cosechas en grandes extensiones, con la aplicación de tecnología y modos de organización basados en la racionalización, con el empleo de mano de obra asalariada y, en no pocos casos con la organización corporativa. Este tipo de commodities alcanzan tal importancia que en no pocas ocasiones han sido relacionados con la tendencia hacia la concentración de la tierra y el monocultivo. Lo cierto es que, a lo largo de siglos, la producción y comercialización de bienes agrícolas se ha sofisticado y complejizado y literalmente ha pasado de métodos rústicos de trabajo y del intercambio con base en el trueque al empleo de alta tecnología y a la especulación en mercados de futuros.

La producción de bienes agrícolas con fines comerciales, como los cereales, data de la antigüedad. No obstante, este tipo de cultivos creció de forma desmedida a partir de la expansión europea en el siglo XVI y se acentuó años más tarde con la urbanización en distintos puntos del mundo. En efecto, la adquisición de nuevas extensiones de tierras con sus propias características climatológicas y de suelo (la dotación de factores) brindó a los comerciantes europeos la oportunidad de plantar, cosechar y comercializar bienes que hasta antes de la colonización europea de América estaban reservados para unos cuantos (véase por ejemplo el caso del azúcar en Mintz, Sweetness and Power, 1985, pp. 3-73). Richard P. Tucker afirma que el primer cultivo comercial que implantaron los colonizadores en el Nuevo Mundo fue la caña de azúcar, lo cual tuvo consecuencias demográficas y sociales bien marcadas principalmente en el Caribe (Tucker, 2000). Las labores en las plantaciones de caña de azúcar, al igual que un poco más tarde en las extensiones dedicadas al tabaco y a la producción de algodón, requirieron el empleo de mano de obra cautiva para su funcionamiento. En otras palabras, demandaron el empleo de miles de esclavos con nulas posibilidades de circular libremente en el mercado laboral.

Richardson, Abby (1881) Picking cotton. The History of our country from its discovery by Columbus to the celebration of the centennial anniversary of its declaration of independence. Boston: Houghton, Mifflin and Company. New York Public Library. (Fotografía) Rcuperada de Flickr: https://www.flickr.com/photos/internetarchivebookimages/14579975507/

La comercialización de bienes agrícolas creció a partir del siglo XIX. La caña de azúcar y el tabaco continuaron siendo importantes, pero otros productos adquirieron preponderancia. Particularmente, la revolución industrial en varias ciudades inglesas y en zonas del noreste estadounidense provocó la expansión del cultivo del algodón lo cual afectó a numerosas localidades del orbe (Beckert, 2015). Para la producción de este bien, se continuó empleando mano de obra esclava en Estados Unidos hasta la década de 1860, aunque a partir de entonces este y otros cultivos sufrieron una transformación en sus formas de organización. En el Sur estadounidense, en particular, el poco entusiasmo de los antiguos esclavos por emplearse como mano de obra asalariada en las plantaciones de algodón después de la Guerra Civil dio paso a la producción de este bien a través del sistema de aparcería. Bajo esta modalidad de trabajo, el dueño de una extensión y un agricultor llegaban a un acuerdo por el cual se cedían insumos y el usufructo de la tierra a cambio de un porcentaje de la cosecha (Pfeffer, Nelson y Havens, 2013, pp. 41-47).

            La aparcería fue la modalidad de trabajo más extendida para producir cultivos comerciales en el sur de Estados Unidos durante el último tercio del siglo XIX, no obstante, en otras zonas surgieron distintas formas de organización productiva. En particular, el aniquilamiento de las poblaciones originarias y la adopción de normas de venta y poblamiento de tierra dio paso a la llamada “granja familiar” en la enorme área del Medio Oeste (Pfeffer, Nelson y Havens, 2013). Ahí predominó la siembra y cosecha de cereales como el trigo, el sorgo y más tarde el maíz cuyos excedentes han estado desde entonces destinados a la venta en mercados distantes.

Stedman, Blake, Holloway, Bartolozzi (1806) Narrative of a five years expedition, against the revolted negroes of Surinam, in Guiana, on the wild coast of South America, from the year 1772, to 1777 : elucidating the history of that country, and describing its productions. London: J. Johnson & Th. Payne. Getty Research Institute. Recuperado de Flickr: https://www.flickr.com/photos/internetarchivebookimages/14728570946/

Pero quizá la mayor transformación que vivió la comercialización de bienes agrícolas fue gracias a la refrigeración. Efectivamente, hasta antes de la década de 1870 algunas de las principales fortunas generadas por la importación de bienes a países como Estados Unidos se daban a partir de la compra de azúcar, café, granos, legumbres y frutos secos (Beckert, 2001). La adopción del contenedor refrigerado, sin embargo, permitió el transporte de productos como el plátano, la piña o los cítricos hacia consumidores distantes lo cual revolucionó a regiones enteras del Pacífico, México, el Caribe, América Central y otras zonas de América Latina. Lo propio ocurrió en lugares tan distantes como Indonesia, Hawái, California, Honduras o Colombia. En pueblos como Bluefields, Nicaragua, las fruteras dominaban casi todos los aspectos de la vida cotidiana local incluyendo la organización política, el comercio de enseres y el abasto de energía (O’Brien, 1996, pp. 46-107).

Chapman´s Old mission Brand (c.1900) Old Mission orange crate label. Estados Unidos: Orange County Archives.

El suroeste estadounidense fue quizá el área que vivió una de las transformaciones más peculiares en esta nueva etapa. En el sur de California, por ejemplo, una vez que se abrió la oportunidad de sembrar y comercializar fruta en mercados distantes los agricultores de ese estado plantaron cientos de hectáreas con productos como cítricos (McWilliams, 1973, pp. 205-226). En esos mismos años comenzó a tener auge la llamada agricultura intensiva, la cual requiere una cantidad considerable de fuerza laboral por unidad de superficie cultivada. Así, en amplias zonas de Estados Unidos –y muy rápidamente de otras regiones del mundo– comenzaron a sembrarse otros cultivos comerciales como la fresa, el apio, la lechuga y la cebolla, los cuales se siembran a ras de tierra y demandan brazos al por mayor en determinadas temporadas del año (McWilliams, 1939). Todos ellos requirieron gran cantidad de otro de los insumos vitales para la obtención de bienes agrícolas: el agua. A partir de las primeras décadas del siglo XX esas zonas atestiguaron también la expansión de amplios sistemas de irrigación (Aboites, 2013;  Worster, 1985).

            México vivió su propia transición durante todas estas etapas. En la época colonial tuvo auge no sólo el cultivo de caña de azúcar al sur de la ciudad de México, sino también el de productos como el maíz o las legumbres en unidades de producción conocidas como haciendas. En ellas, se echaron a andar también prácticas como el endeudamiento para restringir la libre circulación a la movilidad de fuerza de trabajo y se desató una tendencia hacia la concentración de la tierra (el insumo básico de producción agrícola) en pocas manos. Para la segunda mitad del siglo XIX despegó la producción de henequén en la península de Yucatán, así como la extracción de cacao, caucho, guayule y otros productos. Ya entrado el siglo XX creció la siembra de algodón en el norte del país, así como la producción de bienes perecederos en zonas como el valle del Fuerte y el valle del Mayo en el noroeste o la siembra y cosecha de hortalizas en el valle de San Quintín. Y, a pesar de que no todas estas regiones cumplen a cabalidad con las características de la agricultura comercial moderna, sí poseen una importante cantidad de elementos que obligan a considerarlas como tales.

Waite, C.B. (1905) Coffee and Bananas. Rincón Grande de Orizaba, Veracruz. Dallas: DeGoyler Library, Southern Methodist University. (Fotografía) Recuperado de Flickr: https://www.flickr.com/photos/smu_cul_digitalcollections/21604629858/

            A partir de las décadas de 1960 y 1970 comenzó lo que algunos sociólogos denominan la tendencia a la concentración de actividades productivas y de comercialización dentro de la agricultura comercial. Asimismo, amplias zonas dedicadas al cultivo de bienes agrícolas destinados a mercados distantes han adoptado la mecanización, tendiendo a disminuir el número de individuos que emplean. Consecuentemente, la cantidad de pequeños agricultores ha caído de forma drástica y se ha acentuado la integración horizontal y vertical dentro de la industria (véase la disminución del número de granjas en Estados Unidos en el vínculo: http://lib-usda-05.serverfarm.cornell.edu/usda/AgCensusImages/1982/01/51/121/Table-01.pdf). Algunos sociólogos como Howard Newby (1983) han concebido esta transformación como una verdadera crisis y han intentado reflexionar acerca de cómo concebir al espacio rural y a los cultivos comerciales en la época moderna. Han postulado que el vínculo entre algunas zonas del campo y los intereses urbanos se ha estrechado y que a la agricultura comercial no se le puede concebir aislada o totalmente independiente de lo que ocurre en sus mercados de consumo.

Hurd, Dennis (2005) Langley Farm Market. London. (Fotografía) Recuperada de Flickr: https://www.flickr.com/photos/dennissylvesterhurd/3580166484/

            Hay aún más que agregar. Los cultivos comerciales han transformado y en no pocas ocasiones afectado de manera negativa a ecosistemas completos. Gran cantidad de bosques tropicales fueron literalmente destruidos y sustituidos por plantaciones de caña de azúcar, tabaco, café, cacao o henequén. Del mismo modo, la flora nativa de grandes extensiones en sitios como Hawái, Java o Indonesia fue exterminada para dar paso a siembras de árboles frutales, de caucho y caña de azúcar (Tucker, 2000). Lo propio ocurrió en América Central con las plantaciones de plátano o palma, la cual se utiliza como fuente de aceites (se pueden consultar algunos de los principales cultivos del mundo aquí: https://ipad.fas.usda.gov/cropexplorer/Default.aspx). Indudablemente, la historia que trate con la producción de estos bienes tendrá que echar mano no sólo de las herramientas que brinda la economía, sino también la historia ambiental y la demografía, así como investigar la forma en la que han cambiado los hábitos de consumo a partir de su creciente oferta.

Palabras relacionadas: agricultura, plantación, commodity, paisaje.

Algunos vínculos de interés:

Sobre las exportaciones agrícolas en Estados Unidos:

https://www.fas.usda.gov/

Indicadores específicos sobre producción agrícola en el mundo:

http://www.fao.org/faostat/es/#country

Producción agrícola mundial:

https://ourworldindata.org/agricultural-production

https://www.fas.usda.gov/data/world-agricultural-production

https://data.oecd.org/agroutput/crop-production.htm

https://www.fao.org/documents/card/es/c/cb4477en/

The Chicago Mercantile Exchange:

https://www.cmegroup.com/

Organización Internacional del café:

www.ico.org

Universidad Autónoma de Chapingo:

https://www.chapingo.mx

Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo:

www.cimmyt.org

Asociación de Productores de Maíz de Estados Unidos:

https://www.ncga.com/

Foro Mundial Bananero:

https://www.fao.org/world-banana-forum/es/

Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados (México):

http://www.secofi-sniim.gob.mx

Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca (Argentina):

https://www.magyp.gob.ar/sitio/areas/ss_mercados_agropecuarios/

Sistema de Información sobre Mercados Agrícolas (Banco Mundial):

http://www.amis-outlook.org/

Mecanismo de Apoyo al Financiamiento Agrícola (Banco Mundial):

https://collaboration.worldbank.org/content/sites/collaboration-for-development/en/groups/agrifin.html

Grupo Consultivo para la Investigación Agrícola Internacional:

https://www.cgiar.org/

Centro para la Agricultura Comercial (Universidad de Purdue, Indiana):

https://ag.purdue.edu/commercialag/home/

Proyecto de Desarrollo de la Agricultura Comercial (Banco Mundial):

https://projects.worldbank.org/en/projects-operations/project-detail/P096648

Bibliografía

Aboites, Luis (2013), El norte entre algodones: población, trabajo agrícola y optimismo en México, 1930-1970, México, El Colegio de México.

Beckert, Sven (2015), Empire of Cotton: A Global History, Nueva York, Vintage Books.

Beckert, Sven (2001), The Monied Metropolis: New York City and the Consolidation of the American Bourgeoisie, 1850-1896, Nueva York y Cambridge, Cambridge University Press.

McWilliams, Carey (1939), Factories in the Field, Boston, Little, Brown and Company.

McWilliams, Carey (1973), Southern California: An Island on the Land, Salt Lake City, Peregrine Smith.

Mintz, Sidney, (1985), Sweetness and Power: The Place of Sugar in Modern History, Nueva York, Penguin Books.

Newby, Howard (1983), “The Sociology of Agriculture: Toward a New Rural Sociology” en Annual Review of Sociology, vol. 9, núm. 1, pp. 67-81.

O’Brien, Thomas F., (1996), The Revolutionary Mission: American Enterprise in Latin America, 1900-1945, Nueva Yor y Cambridge, Cambridge University Press.

Pfeffer, Max J., Eduard Nelson, A. Eugene Havens y David Stanfield (2013), “La transformación del capital agrícola estadounidense y las relaciones laborales” en Problemas del desarrollo, vol. 50, núm. 197, pp. 31-76. Disponible en: http://dx.doi.org/10.22201/iiec.20078951e.1984.59.36897

Tucker, Richard P. (2000), Insatiable Appetite: The United States and the Ecological Degradation of the Tropical World, Berkeley y Los Ángeles, University of California Press.

Worster, Donald (1985), Rivers of Empire: Water, Aridity and the Growth of the American West, Nueva York, Pantheon Books.

Acerca del autor

David Adán Vázquez Valenzuela

Es profesor-investigador de tiempo completo en la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila. Se desempeña también como profesor de asignatura en la División de Estudios de Posgrado, Facultad de Economía, UNAM, dentro de la maestría y la especialización en historia económica. Doctor en historia por el Colegio de México, maestro en historia por el Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora y tiene un Bachelor of Arts en historia de la Universidad estatal de California, Los Ángeles de donde se graduó con la distinción Summa cum Laude.

En 2013 su tesis de maestría ganó el premio Salvador Azuela que otorga el Instituto de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), así como una mención honorífica en el premio Francisco Javier Clavijero que otorga el Instituto Nacional de Antropología e Historia. Su tesis de maestría se convirtió en libro y fue nominada al premio William LeoGrande que otorga la American University de Washington, D.C. En 2019, su tesis doctoral ganó nuevamente el premio Salvador Azuela que otorga el INEHRM y obtuvo una mención honorífica en el premio Genaro Estrada que organiza la Secretaría de Relaciones Exteriores.  Ha realizado estancias de investigación en la Universidad de Minnesota (Twin Cities), así como en la Universidad estatal de California, Los Ángeles y en la Biblioteca Huntington de Pasadena.

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